Read with BonusRead with Bonus

CAPÍTULO 35 A SU MERCED

Nicola Di costa

Estaba completamente a su merced. Sus succiones eran profundas, demandantes, y la intensidad de su mirada atrapaba la mía, incitándome a moverme con más urgencia dentro de su boca. Me tenía cautivo en una sensación avasalladora, perdido en el placer abrasador que me consumía sin...