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La sangre corrió hasta extenderse por el vestido, el dolor era insoportable, la pesadez lo era mucho más. Sin embargo, la incertidumbre abandonó de manera temporal a Alimceceg cuando el señor Yul empujó al soldado con una patada y lo hería con la espada.

Alimceceg rodó a un lado de Tuva Eke con la ...