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CAPÍTULO 23. Que comience la carnicería

—No tienes que preocuparte por eso, todos nuestros hombres están bajo vigilancia —dijo Amaya, tratando de consolarla y reconfortarla.

—Sí, bajo la vigilancia de otro hombre, ¿y si esos hombres no son de fiar? —preguntó Kitara.

—No tienes que preocuparte por eso, toda la vigilancia ha sido seleccio...