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CAPÍTULO 56. MIEDO.

Lynda estaba cansada de escuchar esa mentira de manera insistente, por eso se decidió a hablar, después de todo, su madre en sueños le contó la verdad.

—¡Yo no soy una asesina! ¡Soy inocente! Tu hija siempre ha querido culparme, cuando la única responsable ha sido ella. Si eres tan valiente, si tien...