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Capitulo 76

Al sostener el pequeño muñeco de Joshua, las lágrimas de Astrid no podían dejar de fluir, ¿qué más podía hacer?

La muñeca es blanda y suave.

Astrid no se atreve a apretarla por miedo a romperla. Ahora, finalmente se reunió con el otro muñeco, pero ella y Joshua... no volverán a encontrarse, ¿verda...