




Capitulo 5
–¿Mari?– Mirando el indicio de pérdida en la cara de Marilyn, Joshua maldijo a Astrid un millón de veces en su corazón. Maldita sea.
–Está bien, mi mano está un poco frÃa, puede que te congele– Marilyn tampoco esperaba que lo evitara inconscientemente, su corazón estaba arrepentido. ¿Qué le pasaba, cómo podÃa sospechar de él?, debÃa tener alguna razón para no contarle ahora. Cuando el asunto se resolviera, se lo contarÃa definitivamente.
–Tonta, qué palabras más tontas. Todo es culpa mÃa por tenerte aquà tanto tiempo– Esta vez, Joshua tomó directamente la mano de Marilyn. Y cuando las cálidas yemas de sus dedos tocaron la frÃa mano de Marilyn, el corazón de Joshua pareció ser agarrado por alguien. Sujetando su mano un poco fuerte, no podÃa esperar a sujetarlo más fuerte para mantenerlo caliente.
La noche se va enfriando y la habitación se va oscureciendo poco a poco. La luz lavanda es un poco oscura y Marilyn no puede ver la habitación con claridad. De repente la habitación se iluminó, solo para ver la luz amarillenta, llenando toda la habitación, salpicada de estrellas desde solo blanco hasta amarillo dorado, reflejadas en la luz amarillenta, como si fuera el cielo estrellado del dÃa.
Emociones indescriptibles se precipitaron a su corazón, los ojos de Marilyn estaban ligeramente rojos. Joshua, el hombre que le habÃa tocado innumerables veces, decidió que hoy era el dÃa en que se entregarÃa a ella. En este primer dÃa de su reencuentro después de tres años, tomarÃa la iniciativa de decirle a Joshua lo importante que era en su corazón, y hoy, lo harÃa su hombre. PerdonarÃa por su inoportuna marcha de hace tres años. Su marcha no fue porque no sintiera nada por Joshua, sino porque le importaba demasiado.
Los labios bermellones de Marilyn se abrieron ligeramente, estaba a punto de hacer saber a Joshua, el hombre que habÃa amado durante años, sus verdaderos sentimientos.
Antes de que las palabras pudieran salir de su boca, el repentino sonido de su teléfono móvil rompió sus pensamientos.
Maldita sea, ¿quién demonios estaba llamando a estas horas?
El impulso de confesar fue interrumpido, y tuvo que dejar el asunto de lado por ahora y encontrar otra oportunidad para decÃrselo a Joshua, ya que de todas formas se quedarÃa con él hoy.
Joshua abrió la puerta y preguntó: –¿Fue el tÃo quien llamó?– Nada más al bajar del avión hoy, Marilyn habÃa sido recogido por él mismo, asà que quizás no habÃa tenido tiempo de decirle a su tÃo que habÃa vuelto.
–No lo sé– HabÃa poca emoción en la respuesta de Marilyn, ¿PodrÃa ser su padre? Pero Cómo podÃa ser, no le habÃa dado una sola llamada en los tres años que llevaba en el extranjero, y desde luego no serÃa él en este momento.
Como era de esperar, en la pantalla habÃa una cadena de números que nunca habÃa visto antes, Marilyn no le dio mucha importancia y pulsó el botón de respuesta.
–¿Hola?– La cara de Marilyn se llenó de confusión, ¿quién demonios llamaba a estas horas? Esperaba que no fuera una llamada de promoción basura, querrÃa maldecirlo hasta la muerte.
Solo para ver que la confusión en la cara de Marilyn se congeló de repente.
Al segundo siguiente, su cara se llenó de incredulidad, seguido por su mano que comenzó a temblar, rompiendo el teléfono que acababa de caer al suelo.
– Mari, ¿qué está pasando?– Al verlo, Joshua se apresuró a sujetar a Marilyn, de repente tuvo un mal presentimiento de que esta llamada podrÃa estar relacionada con él, –¿Quién llamó?
Marilyn miró a Joshua con ojos huecos, con una voz que solo podÃan escuchar dos personas, preguntó temblorosamente:–Joshua, ¿te has casado...?–
–¡Qué!– Los ojos de Joshua se abrieron de par en par mientras un sentimiento de debilidad llenaba de repente su corazón, y junto con este sentimiento, la ira ardió de repente como si no pudiera controlar. ¡Cómo lo sabÃa ¿Quién diablos fue el que llamó por teléfono ¿Qué bestia estaba llamando? ¡Mejor que no le diga quién era realmente, o lo matará seguro!
Joshua recogió el teléfono del suelo y contuvo su ira: –¿Hola?– QuerÃa ver quién era tan audaz
Una voz familiar sonó desde el otro lado, –¿Joshua?– La voz de Astrid era muy débil, pero Joshua no se dio cuenta de su anormalidad, Al escuchar esta voz que habÃa oÃdo durante tres años y de la que ya estaba harto, Joshua finalmente no pudo contener su ira y estalló, –¿Astrid White? Realmente tienes las agallas para llamar a este lugar–
–No, Joshua, yo... no puedo hablar contigo. Al escuchar el tono de disgusto de Joshua, Astrid se cubrió el corazón. Le dolÃa, le dolÃa de verdad.
¿HabÃa vuelto a hacer algo malo? ¿Joshua lo odiarÃa aún más? Las lágrimas cruzaron suavemente sus mejillas, no, si Joshua supiera que estaba llorando en este momento, definitivamente se enfadarÃa más. Joshua se tocó inconscientemente el bolsillo de su pantalón. Su teléfono móvil habÃa desaparecido. Cierto, justo ahora Astrid le llamó y le pidió que colgara. Para evitar que Astrid se molestara de nuevo, Joshua simplemente puso su teléfono móvil en el sofá de arriba, nunca pensó que ocurrirÃa este tipo de cosas.
No hubo ninguna duda. Cuando escuchó que era la voz de Astrid, Joshua colgó directamente el teléfono y lo añadió directamente a la lista negra. Esa idiota incluso presumÃa de perturbar su cita, ridÃcula. No habÃa tiempo para ocuparse de él ahora. Solo tenÃa que aprovechar esta oportunidad. TenÃa que explicar todo a Marilyn adecuadamente.
–Marilyn, escucha mi explicación... – se detuvo solo para ver que los hombros de Marilyn temblaron, dejando solo una figura desamparada de espaldas a él. ¡Maldita sea, hizo llorar a Marilyn! No podÃa contenerse más, hoy iba a decirlo todo, iba a abrazar a Marilyn y decirle que no querÃa nada de eso.
Por desgracia, el teléfono volvió a sonar y Joshua respiró profundamente.
Reprimiendo las ganas de abrazarla, le dijo pacientemente: –Te lo explicaré bien más tarde, espérame– Joshua pulsó el botón de respuesta y estaba a punto de hablar cuando una voz apresurada sonó desde el otro lado.
–Sr. Joshua No es bueno, ¡La señora se ha desmayado!– Al oÃr esto, el enfado de Joshua disminuyó ligeramente, pero su voz seguÃa siendo impaciente –¿Se desmayó? ¿Por qué no lo llevas al hospital? ¿Tienes que llamarme por un asunto tan pequeño? ¿De quién son las órdenes que sigues? Si no lo entiendes, lárgate.
Después de colgar el teléfono, el estado de ánimo de Joshua se arruinó por completo, y podrÃa decirse que estaba de mal humor.
Era realmente demasiado molesto. ¿Cómo podÃa desmayarse cuando obviamente estaba bien esta mañana?
Justo cuando querÃa subir a buscar su teléfono, su propio cuerpo fue abrazado de repente por un suave toque. –¡Joshua!– La cara de Marilyn se apretó contra la de Joshua, y este pudo sentir cómo las lágrimas de Marilyn empapaban lentamente su camisa.
Maldita sea, le hizo llorar. Joshua pudo imaginar sus ojos rojos por el llanto, y no pudo evitar sentir su corazón apretado, ¡Todo era por culpa de esa basura! ¡Todo fue por culpa de esa basura que hizo que su Marilyn estuviera tan triste!
–Lo siento, Mari, no puedo quedarme contigo hoy, pero definitivamente estaré contigo mañana, ¿de acuerdo?– Joshua acababa de ser abrazado por Marilyn. En este momento querÃa devolver el abrazo de Marilyn con fuerza, pero no se atrevÃa a mirar su cara. Solo al recordar su mirada con los ojos llorosos, su corazón le dolÃa tanto que no podÃa respirar, ¡definitivamente no dejarÃa ir a Astrid White!