




Capitulo 4
Después de comer, Joshua llevó a Marilyn a otra de sus propiedades, otra villa privada.
Al llegar Marilyn miró a su alrededor, pronto recordó que no parecÃa ser el mismo lugar al que Joshua la habÃa llevado la última vez. Aunque solo habÃa estado en su casa una sola vez antes, podÃa estar segura de que definitivamente no era aquÃ. Este era otro lugar.
Pero Marilyn no preguntó, estaba segura de que Joshua debÃa tener sus propias razones para traerlo aquÃ, y ella simplemente confiaba en él, porque nunca la habÃa defraudado antes.
En el momento que encendió la luz, la habitación emitió lentamente una luz púrpura, salpicada de diminutos puntos de luz, como si fuera un cielo estrellado.
–¿Esto es?– Marilyn miró sorprendida a Joshua, !Asà que todavÃa se acordaba¡
Hace cinco años, es decir, cuando ella y Joshua se conocieron por primera vez dijo casualmente que le gustaba el cielo estrellado y Joshua lo recordó durante esto cinco años.
–esta es mi otra casa. Recuerdo que antes dijiste que te gustaban las estrellas. Cuando vi está habitación por primera vez, pensé que te gustarÃa si te traÃa aquÃ, asà que compre este lugar – Joshua miró con ternura a Marilyn; fue en este lugar y momento donde sintió que ella le pertenecÃa.
Solo aquà podrÃa ser su hogar. Cierto ese lugar… Pensó en ello, un atisbo de disgusto brillo en el rostro de Joshua. Ese lugar no era tan cómodo como un hotel, sino fuera por su abuelo, se habrÃa deshecho de la indeseable Astrid inmediatamente, pero ahora que su abuelo estaba muerto, era solo cuestión de tiempo que esa basura saliera, en cuanto lo hiciera podrÃa proponerle matrimonio a Marilyn.
¿Qué podrÃa saber esa escoria comparada con la talentosa Marilyn? Todo lo que Astrid tenÃa era una cara bonita.
–¿Joshua? – la mano de Marilyn se agitó frente a su cara– ¿En qué estás pensando?
Marilyn inclinó ligeramente la cabeza y miró a Joshua. El corazón de Joshua se aceleró y sus pensamientos desordenados fueron inmensamente desplazados al fondo de su mente– Ven conmigo – con esas palabras arrastró a Marilyn y fueron al piso superior.
En el momento que se abrió la puerta, el cielo estrellado terminó por enrojecer los ojos de Marilyn. De hecho, cuando vio por primera vez a Joshua, no pudo evitarlo, pero no querÃa que Joshua la viera asÃ, por eso trato de ocultar sus lágrimas.
–¿Y bien? ¿Te gusta?–Mirando a Marilyn en este momento, Joshua se sintió tan feliz que incluso deseó que el tiempo se detuviera para siempre y simplemente dejar a él y Marilyn se quedarán juntos.
–¡Es tan hermoso! Nunca he visto un cielo tan bonito en el extranjero– Marilyn está cautivada por el cielo estrellado que ni siquiera se dio cuenta de la mirada cariñosa de Joshua.
–¡Me voy a poner celoso si sigues con ese aspecto!–Joshua acarició suavemente el rostro de su persona amada. Se habÃa esforzado mucho por este dÃa. Originalmente, era un dÃa nublado. Joshua se habÃa puesto en contacto con la oficina meteorológica para deshacerse de las nubes y que Marilyn viera un cielo tan estrellado en su primer dÃa de regreso y como estaba ligeramente alejado de la ciudad, el cielo estrellado era realmente hermoso en ese momento.
La cara de ella estaba ligeramente roja y se separó suavemente, Joshua sonrió y tuvo un poco de remordimiento, ¿Qué le pasaba? Marilyn acaba de regresar, no podÃa ser tan ansioso o la espantarÃa.
Mirando a su amada que miraba fascinada el cielo, Joshua colocó una manta sobre Marilyn. Aunque el tercer piso tenÃa una capa de cristal aislada, seguÃa inquieto, temiendo que se resfriara, hizo que se sintiera inquieto.
En ese momento sonó el teléfono de Joshua.
Joshua frunció el ceño ¿Quién diablos perturbaba su mundo y el de Marilyn en este momento?
Cuando vio le nombre de Astrid en la pantalla del teléfono, Joshua apretó el puño con fuerza. Incluso en este momento, en el lugar que solo le pertenecÃa a él y Marilyn, alguien llamando ya le estaba molestando, pero viendo que Marilyn habÃa vuelto, la perdonarÃa a regañadientes.
¡Pero era ella! Solo esa inútil, ¿Qué cara tenÃa para llamarlo? ¿Qué cara tenÃa para venir y perturbar su primer encuentro con Marilyn después de tres años?
–¿Joshua? Tu teléfono está sonando ¿Por qué no contestas?– el sonido del teléfono llamo la atención de Marilyn y giro la cabeza para mirar a Joshua, pero ella no notó el brillo de pánico en la cara de Joshua, ya que estaba oscuro.
–Oh, eso no es nada– después de decir eso, Joshua colgó el teléfono despreocupadamente ¿Qué podrÃa querer esa basura? Seguro lo llamaba para preguntar cuando iba a volver a casa.
¿Casa? Hmmm, es ridÃculo, lo mires por dónde lo mires, no se puede llamar hogar a ese lugar.
Marilyn se agitó un poco– Pero, ¿y si es importante…? –antes de que Marilyn pudiera terminar sus palabras fue interrumpida.
–de ninguna manera– tras darse cuenta de su exabrupto, Joshua recuperó la dulzura que acababa de mostrar – nada es tan importante como tú, nada puede perturbarnos hoy.
Mirando la reacción anormal de Joshua, Marilyn se asustó un poco. Esa sensación era como la cena de hoy, la hacÃa sentir incómoda, pero las palabras de Joshua le decÃan que no habÃa nada oculto, y que acordaron antes que no habrÃa secretos ocultos.
Marilyn regresó para ver quién era, pero entonces Joshua volvió a girar el teléfono sin pensarlo. Marilyn frunció el ceño. Sintió que algo debÃa estar pasando porque Joshua estaba entrando en pánico. Por primera vez vio a Joshua asÃ, incluso cuando le presentó a sus padres por primera vez, tenÃa una mirada tranquila y calmada en su rostro.
! No, tenÃa que saber quién era esa persona¡
Los ojos escépticos de Joshua estaban a la vista de Marilyn. Su corazón le dolÃa.
Realmente querÃa decirle a Marilyn que era alguien con quien nunca podrÃa estar, querÃa decirle a Marilyn que solo era ella en su corazón, pero todavÃa no. El certificado de matrimonio estaba como un grillete invisible que lo ataba a Astrid.
Si se lo dijera a Marilyn ahora mismo, Marilyn definitivamente lo entenderÃa y lo dejarÃa. Pero… No, no puede dejar que eso suceda. Incluso si se lleva todo el resentimiento de Astrid, no puede dejar que Marilyn lo sepa. Mientras exista una pequeña posibilidad de que Marilyn lo deje, costará lo que costará, no dejarÃa que Marilyn lo supiera.
Maldita sea, si no fuera por esa basura. Si esa escoria hubiera firmado el acuerdo de divorcio tranquilamente ayer, ¡no estarÃa ahora asÃ! ¡Todo estaba asà por culpa de esa maldita infiltrada! ¡Ahora no puede estar con su preciosa Marilyn!
¡Qué egoÃsta resulta Astrid!. Cegada por sus propios deseos egoÃstas, forzando a dos personas que se aman a separarse, Astrid White, era realmente una mujer despiadada.
El odio de Joshua hacia Astrid se profundizó de nuevo. Por supuesto, Joshua no se lo mostró a Marilyn. Definitivamente, encontrarÃa la forma de lograr que Astrid lo dejará inmediatamente.
–Es un cliente, bueno, hace un poco de frÃo aquÃ, ¿Bajamos?– dijo y esta vez estaba a punto de levantar la mano de Marilyn.
Pero la mano de Marilyn se retiró, y la mano de Joshua se detuvo en el aire.