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CAPÍTULO 30 ¡Suéltame, Mirelys!

Rafael:

Al escuchar esa voz tan cerca de mi oído, me paralizó momentáneamente, especialmente porque estaba consciente que detrás de mí, estaba Sofía con su madre y mi tía. En tanto, delante de mí, estaban los niños, a quienes no quería, esta viera.

—¡Buenas tardes, Rafa! Es que acaso no me vas...