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CAPITULO 122

Sus esposos y la señora Alessa lo siguieron llamándolo, se demoraron allá afuera mucho tiempo, yo me sentí muy mal, por dentro estaba hallándome culpable de haber quizá roto el corazón de mi papá, Alessandro me decía.

—Cariño, no te sientas mal, lo que pasa es que tu papá te ama tanto que... quizá...