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Capítulo cincuenta y dos 52

Mientras tanto, Lucía era arrastrada hacia el bosque. Minutos antes, caminaba hacia la farmacia, sintiendo como su celo se apoderaba de su cuerpo y necesitaba algo para controlarlo. Sin embargo, al pasar por un callejón oscuro y solitario, una mano repentina la agarró con fuerza, cubriéndole la boca...