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83/ DELANTE DE NUESTROS ABOGADOS

Mientras desayunaba en el jardín como hacía todos los días, mi padre entró de pronto sorprendiendome, sentandose en la silla que había a mi lado, mirándonos los dos a los ojos, pero viendo una preciosa sonrisa en los labios de mi padre.

— Marianna, nuestra abogada vendrá antes de la hora que te tie...