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Capítulo 40

Lentamente, lo que quedaba del bote vandalizado llegó a la orilla. El bote había sido dañado más allá del reconocimiento.

Oliver fue el primero en bajar. Su bota chocó con la arena de la isla carmesí, y un viento frío le picó la cara.

—¿Dónde deberíamos buscar? —preguntó Sebastián.

—Huelo sangre ...