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¡Mátalo!

—¿Qué? ¡Estás sangrando! —dijo la mujer.

Los ojos de Annie se cerraron pesadamente... Esto era demasiado para ella.

—Ese... ese hombre... ¿quién es, eh? ¿Larry?... ¡no!, no es Larry... ¡oh!, ¿podría ser Larry? ¡Definitivamente no es Larry! —balbuceó.

La mujer la miró con gran lástima.

¡Oh, alma ...