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110. ¡TÚ LA MATASTE!

— Mi hija, no, no, ¡mi niña, no, ella es inocente, ella es inocente…! — comenzó a halarse los pelos, murmurando, gritando y de un momento a otro, hizo por abalanzarse entre las llamas a querer rescatarla.

— ¡Estás loca! ¡Morirás si entras ahí! ¡Vamos Grace, deben estar al venir, no pueden vernos aq...