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Nuevas amistades

Adeline llegó a su casa y metió el auto en el garaje, antes de salir se limpió la cara con un pañuelo y trató de que sus ojos no mostrarán la evidencia de su llanto. ¿Pero a quién engañaba? Era imposible que no se viese la rojez que empeñaba su mirada, aun así, dibujó una sonrisa en su rostro para d...