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Olvidar

—¿Entonces ese es tu exmarido?—preguntó Enrique cuando regresó de terminar de acostar al pequeño Arnold.

Era un poco más de la diez de la noche y luego de una agradable velada, en la que Enrique y su hijo se la pasaron jugando, era el momento de compartir un poco los dos solos.

—Sí, ese es Angel...