Read with BonusRead with Bonus

Capítulo sesenta y cinco

—Halaa... ¿por qué estás llorando? —le pregunté, entrando en pánico, pero él me dio un abrazo muy fuerte otra vez.

¿Son los abrazos que Andrea e Iya me dan de nuevo? ¡Vaya! ¡No quiero! Me rendí a ese abrazo, era difícil respirar y jadeaba después, pero antes de que pudiera quejarme, Iya se apartó d...