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—¿Vas a seguir ahí parado? ¿No me vas a invitar a sentarme? —dijo la señora Rina nuevamente.

Erwin se acercó de inmediato a la señora Rina y la invitó a sentarse en la silla de invitados en su oficina.

—Disculpe, señora, vamos a sentarnos —dijo Erwin.

La señora Rina se sentó tranquilamente.

—Erw...