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Ya no vuelva

—Su sobrino vino a visitarme anoche, aquí en mi habitación —Comenta Adelaide, Irene sonríe—. Él quería algunas cosas de mí, pero yo no…

—¿Pero tú no...? —pregunta Irene, intrigada.

—Señora Irene, ¿usted puede enseñarme a complacer a un hombre? —Adelaide se lleva ambas manos a la cara, avergonzada....