Read with BonusRead with Bonus

¡Detente!

—No sabía sobre esas órdenes de Egil, señor Vítor —dice Petra apenada, pero inmensamente feliz en su interior—. Yo misma la llamé señora algunas veces. Egil no me dijo nada, si lo hubiese sabido antes, no hubiese pecado ante mi ignorancia.

—Lamento mucho que no se le haya informado, señorita. Pero ...