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Una emboscada para Egil

Egil Arrabal y al menos una media docena de sus hombres, salen al encuentro con el informante.  Aún es de madrugada, pero la neblina hace que la poca visibilidad en estas carreteras se acentúe.

—¿Qué haremos después con ese hombre, jefe? —pregunta Gage, ordenando a los hombres en posiciones estraté...