Read with BonusRead with Bonus

51

La cara de Xu Liunian ardía de dolor, como si incontables hormigas estuvieran recorriéndola, haciendo que la habitualmente fuerte Xu Liunian no pudiera evitar fruncir el ceño. Los ataques de esta mujer eran demasiado despiadados, no se parecían en nada a la delicada apariencia que mostraba frente a ...