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Fuga fugaz

William presionó el cañón de su pistola contra la sien de mi padre y el rostro de mi padre se tornó morado.

—Quítate de encima. La furia de mi padre emanaba de él, pero William se mantuvo firme.

—Baja la pistola, vacíala y tírala o los sesos de tu padre serán tu próximo plato. William hundió la pi...