Read with BonusRead with Bonus

Un mal presentimiento

Jade se acercó a mi lado y puso un brazo alrededor de mis hombros, dándome un abrazo.

—No sé quién es el hombre del que estás huyendo, chica, pero sé que no puedes seguir corriendo para siempre.

—Lo sé —susurré, apoyando mi cabeza en su hombro, agradecida por la suave intimidad que me ofrecía.

—N...