




08
EmpaquĆ© mi nueva silla de playa; plantando los pies firmemente en la arena. Completamente torpe, coloquĆ© mi bolso y bolsas en la silla junto a mĆ, tambiĆ©n firmemente en el suelo. Me acomodĆ© en la silla y me estirĆ©, satisfecha con la agradable brisa de la tarde en mi rostro. El sol se habĆa suavizado y el cielo era de un azul Ćndigo calmante, las nubes pasaban lentamente como si bailaran sobre el cielo y el mar parecĆa sonreĆrme.
Estaba de vacaciones con mi papĆ”, su novia y el hermano de ella. Decidieron venir a la playa, lejos de la capital, para pasar el AƱo Nuevo, asĆ que nos estĆ”bamos quedando en un hotel. Un hotel realmente bonito, nuevo, con buen servicio y una gran cantidad de turistas. MirĆ© hacia adelante, divisando al surfista que habĆa visto antes. Se equilibraba fĆ”cilmente entre las olas con una intimidad aterradora. Lo envidiaba, no me gustaba meterme en el mar. Me gustaba sentirlo en mis espinillas, su olor y me encantaba mirarlo. Pero me aterraba sumergirme en esa inmensidad azul, a menudo apareciendo furiosa, como si me invitara a perderme dentro. Y me aterraba ahogarme. ĀæEvitabas la piscina y el mar, entonces? Enemigo, pero al mismo tiempo un querido y conocido amigo.
Para ser honesta, lo Ćŗnico con una alta concentración de agua que miraba era la baƱera, me encantaba mi baƱera. Tal vez solo tenĆa miedo de las olas y cómo arrastraban todo a su alrededor. Lentamente invitĆ”ndolos a abordar el mar. Justo como ese surfista. Solo empecĆ© a observarlo por distracción. Solo distracción... No lo miraba porque se veĆa maravillosamente guapo y atlĆ©tico. Ā”Claro que no! Lo miraba porque surfeaba bien. Ā”Demasiado bien! DespuĆ©s de un tiempo 'distraĆda', terminĆ© sintiendo hambre y fui a buscar en mi bolsa. Abriendo nada menos que... Un bocadillo de Mc Donald's. SabĆa que era basura, era terriblemente malo para la salud, incluso me gustaba la ensalada, siempre comĆa verduras desde pequeƱa. Pero; Ā”Cielos, no podĆa resistir un buen bocadillo de Mc Donald's! ParecĆa una pueblerina, en medio de la playa con mi caja de...
āĀæMC happy snack? ādijo una voz ronca sobre mĆ.
Salté en la silla. Miré hacia arriba, encontrÔndome cara a cara con el chico de la tabla. Respondió la pregunta en mis ojos rÔpidamente, como si realmente supiera lo que estaba pensando.
āEstabas sola y tus ojos parecĆan llamarme, asĆ que... AquĆ estoy.
āĀæMis ojos llamĆ”ndote? ācontuve una risa. Empezamos bien nuestro contacto, pensĆ©. ĀæUna frase de ese calibre? Vaya. Me enamorĆ©. āVaya, chico... Eso fue realmente malo.
āTienes razón. āHizo una mueca momentĆ”nea, pero sonrió ante mi sinceridad. AĆŗn mojado; y cielos, quĆ© bien se veĆa solo con su traje de baƱo. Colocó la tabla en el suelo junto a la otra silla, sacó mis bolsos y bolsas y los puso en el suelo, luego se sentó junto a mĆ. Mirando al mar...
āOye, esa es mi silla. āme quejĆ©, Ć©l sonrió ampliamente, acomodĆ”ndose en la silla.
āLo sĆ©, no pensĆ© que te importarĆa.
āPero me importa.
āEs solo un poquito, para que pueda pensar.
āĀæPensar en quĆ©?
āEn una frase de ligue lo suficientemente buena como para convencerte de quedarte conmigo. āInclinó la cabeza, mirĆ”ndome.
āEntre las dos frases, elijo la primera.
āĀæEso es un sĆ?
āNo... Eso es un: cĆ”llate y vuelve al mar, amigo delfĆn. āSoltó una risa fuerte y melodiosa. Lo mirĆ©, seguĆa desplomado en la silla. No podĆa negar que era guapo con su fĆsico atlĆ©tico; cabello corto y rubio y una sonrisa abierta. Incapaz de contenerme, le devolvĆ la sonrisa.
āCreo que fui muy tonto. ĀæPodemos empezar de nuevo?
āDepende.
āĀæDe quĆ©?
āĀæHabrĆ” mĆ”s frases?
āQuizĆ”s...
āEntonces renuncio a ti. āRió de nuevo, fuerte y melódicamente, de una manera estremecedora, sacudiendo su cuerpo y erizando los pelos de mi nuca. QuĆ© risa tan deliciosa y contagiosa, pensĆ©. No solo risa, concluyo. Rió mĆ”s suave esta vez. Vencida por su risa, extendĆ mi mano. āMe llamo Malu.
āIgor. āMe estrechó la mano por demasiado tiempo. Hasta que la jalĆ© un poco mĆ”s fuerte. āEntonces... ĀæVienes aquĆ a menudo?
āTe doy una segunda oportunidad y Āætodo lo que tienes es esto? āEmpecĆ© a reĆrme de la situación y Ć©l me siguió.
āTĆ©cnicamente es tu culpa.
āĀæKhan?
āMe pones nervioso. āLo mirĆ© incrĆ©dula. Era terrible coqueteando, verbalmente hablando, pero todo su encanto estaba contenido en su voz y en sus ojos. Casi no me importaba lo que dijera. PodrĆa recitar un pasaje en latĆn de la Biblia y aĆŗn asĆ sonarĆa agradable. Su presencia era agradable. āCrĆ©eme, es mĆ”s extraƱo para mĆ que para ti.
āOh... āPermanecimos en silencio y no sabĆa quĆ© hacer. Normalmente era muy suelta, especialmente cuando estaba semi-interesada en alguien. No era buena con los chicos, no en el sentido de relacionarme mĆ”s allĆ” de un beso o dos y largas conversaciones sobre modelos de patinetas. Pero ahora, con este chico, simplemente... No sabĆa quĆ© decir.
āĀæSabes? āme sacó de mis ensoƱaciones.
āĀæQuĆ©?
āSurfear... ādijo, seƱalando al mar.
āNi siquiera sĆ© flotar.
āĀæEn serio? ādijo, riendo ligeramente.