Read with BonusRead with Bonus

56

—¿Esposo? Le di un golpe a Igor mientras desaparecían por el pasillo. —¿Estás loco?

—Ese hombre abusado tenía el ojo puesto en ti, maldita sea. Seguía empujando el carrito, ahora frunciendo el ceño.

—¿Y me hiciste perder la oportunidad de conseguir un número de teléfono? —En realidad, no importaba t...