Read with BonusRead with Bonus

06

—Eres un personaje, Malu. —bufé, girando mi rostro y abrazando mi libro. Esperando que él se pusiera al día y simplemente se fuera.

—¿De verdad vas a seguir intentando ignorar mi presencia?

—¿Lo estoy logrando? —me arriesguĂ© a mirarlo de reojo. Una sonrisa apareciĂ³ en sus labios.

—No.

—Maldita sea...

—¿Malu...? —susurrĂ³, su voz me hizo estremecer. Me encontrĂ© cara a cara con sus ojos que parecĂ­an contener ese tono dorado, toda la furia de un mar de Titanes, aunque no fueran azules. Su mirada firme pero al mismo tiempo suplicante me recordĂ³ a los libros que habĂ­a leĂ­do sobre el antiguo Egipto, sobre el milagro de las aguas y los rĂ­os, la riqueza y la belleza del oro. Los ojos de Igor eran como un mar bañado en oro, tal vez un arroyo claro que saciaba la sed de millones de Malus, como uno de esos sueños desafortunados mĂ­os. Sus ojos inicialmente me acariciaron y luego la añoranza me dio una hermosa bofetada imaginaria. Su olor me golpeĂ³ fuerte, mezclado con la fragancia de alguna colonia desconocida para mĂ­. No sĂ© por quĂ©, o tal vez sabiendo demasiado, sentĂ­ que mi sangre hervĂ­a. De rabia, por eso temblĂ© sosteniendo mi libro y sentĂ­ que mis ojos se humedecĂ­an, intentĂ© hacerme creer. CerrĂ© mis labios. Solo de rabia. Solo rabia. —Malu...

—Eu.

—Es solo que... yo solo...

—¿Solo quĂ©? —lo interrumpĂ­, anticipando las palabras que saldrĂ­an de su boca. —¿No quieres que le cuente a mi hermana sobre las vacaciones del año pasado?

—Es una chica agradable.

—No tanto, créeme. Es agradable a veces, como... cuando duerme y así. —no pude encontrar mi ironía divertida. —Sí, es genial... Lo sé porque la conozco desde hace unos 15 años.

—Te juro que no sabía que era tu hermana.

—¿Eso habrĂ­a cambiado algo?

—No tienes idea. —mirĂ³ en la direcciĂ³n opuesta a mĂ­. Permanecimos en silencio durante unos minutos. Compartiendo una intimidad que no deberĂ­a existir.

—No deberĂ­amos estar teniendo esta conversaciĂ³n. —suspirĂ©. Era extraño, bizarro, irreal, incorrecto, demasiado Ă­ntimo. Este momento no deberĂ­a estar sucediendo, no asĂ­. Porque esto habĂ­a sucedido tantas veces hace mucho tiempo. Los dos en un banco, sentados, mirĂ¡ndonos con la esperanza de que todas las respuestas llegaran con una mirada. En el pasado habrĂ­a sido con un beso. El mundo tendrĂ­a sentido cuando me ahogaba en el mar dorado de sus ojos, mi angustia e inseguridades se ahogaban en una sonrisa abierta y cĂ¡lida, acorde con su abrazo. Pero ahora... El sentido era que Ă©ramos dos extraños que se conocĂ­an demasiado bien. Y no deberĂ­a ser asĂ­. No cuando Ă©l era mi nuevo cuñado. No cuando los ojos de mi hermana, aunque no fuera tan cercana o amiga, brillaban tanto cuando mencionaba su nombre. Como si fuera el regalo mĂ¡s hermoso, mĂ¡s deseado y amado. Definitivamente no deberĂ­a ser asĂ­. ClavĂ© mis uñas reciĂ©n cortadas en la cubierta de mi viejo libro. —¿Sabes quĂ©...? Somos dos extraños. Eso es lo que somos.

—¿QuĂ©? —parecĂ­a sorprendido de escuchar mi voz.

—No me conoces, yo no te conozco. Cree esto, y todos los demĂ¡s lo creerĂ¡n. —proclamĂ©, riĂ©ndome de mĂ­ misma.

—Pero yo te conozco.

—Conocías... Ahora no tienes idea de lo que soy.

—¿Por quĂ© siempre tienes estas conversaciones confusas?

—¿No estoy siendo lo suficientemente clara? No me importa si estĂ¡s con Ceci, para mĂ­, si todo esto explota. Solo no quiero tener que contarle esto y aquello. Tener que dar algĂºn tipo de satisfacciĂ³n o explicaciĂ³n. No voy a interponerme en tu camino, lo digo en serio. Quiero que cooperes por el bien de tu novia. ¿EstĂ¡ claro ahora? —Él tomĂ³ unos segundos mirĂ¡ndome, fijando su mirada en mĂ­. Como si intentara leerme. Me mantuve firme. Él dejĂ³ escapar un suspiro bajo, su rostro acercĂ¡ndose unos centĂ­metros mĂ¡s al mĂ­o.

—Lo estĂ¡.

—Excelente.

Previous ChapterNext Chapter