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CAPITULO 14

Lindsey levantó una ceja, se asombró por su extraño semblante que reflejaba el hombre.

—Fue un día tranquilo.

—¿Te voy a asignar un carro? —no apartó sus ojos de su presa.

—No es necesario —respondió dando marcha hacia las escaleras.

—No seas terca, eres mi esposa y no puedes andar en transporte...