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59. Frente a la desgracia

Sarah siente que su alma deja su cuerpo cuando ve a su sobrina correr lejos. Dentro de poco también la persigue por detrás.

Julieta también lo hace.

—¡Clara, detente! —Sarah baja la escaleras para seguirle el trote—, es la casa presidencial, esa mujer debe estar allá.

—No me interesa, tía. Es mi ...