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51. Una verdad desesperada

—¡Eso no puede ser posible!

Es lo primero que se escucha a Antonella cuando el juez dicta su decisión a todos.

—No, no —Virginia repite confundida y de una vez sus ojos reflejan la oscuridad de su rabia—. Esa mujer es una criminal. ¡¿Qué hay de mis hijos?! ¡Esa mujer secuestró a mis hijos y se l...