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Capítulo 48 La confrontación de dos manadas

Me desperté de una pesadilla, empapada en sudor.

—¡Dios, ese sueño fue aterrador!— exclamé, aún con el miedo aferrado a mí.

La luz del sol ya entraba por la ventana. Miré el reloj y me di cuenta de que ya era mediodía.

Aunque solo había dormido unas pocas horas, me sentía mucho mejor.

Me peiné, ...