




05
Apreté los puños contra el frío metal de los reposabrazos mientras la voz del altavoz resonaba en la sala.
—No se alarmen. Esto es simplemente una evaluación preliminar para determinar su compatibilidad con el proyecto.
¿Compatibilidad? Mi mente gritaba en protesta. Esto no era una evaluación; se sentía más como un interrogatorio disfrazado de profesionalismo frío.
—¿Qué quiere decir con compatibilidad? —pregunté, tratando de mantener la voz firme.
La voz ignoró por completo mi pregunta, continuando con su tono desapegado.
—Su campo de estudio es la lingüística, ¿correcto?
—Sí —respondí con cautela.
—Bien. Encontrará su experiencia invaluable para la tarea que se avecina. Responda las siguientes preguntas con la verdad. Cualquier falsedad será detectada y castigada en consecuencia.
¿Castigada? Mi respiración se entrecortó, pero asentí.
Las preguntas comenzaron de manera inofensiva. Preguntaron sobre mi formación académica, mi experiencia laboral y mis especialidades lingüísticas. Al principio, se sentía como una entrevista de trabajo retorcida. Pero luego, las preguntas tomaron un giro extraño.
—¿Alguna vez ha estado expuesta a lenguajes extraterrestres?
Mi corazón dio un vuelco.
—¿Qué? No, por supuesto que no.
Una pausa. La voz no parecía satisfecha con mi respuesta.
—¿Está segura?
—¡Sí! Eso no es algo que haya encontrado en mis estudios.
Otra pausa. Mi pulso retumbaba en mis oídos mientras me preguntaba si esto era algún tipo de truco. Luego, un zumbido bajo llenó la sala, y una pantalla holográfica se encendió frente a mí, proyectando una serie de símbolos desconocidos.
—Traduzca estos —ordenó la voz.
—¿Qué? —Parpadeé ante los símbolos, sus diseños afilados e intrincados eran como nada que hubiera visto antes—. Ni siquiera reconozco este guion. ¿Cómo se supone que lo traduzca?
—Inténtelo.
Miré los símbolos, las líneas afiladas y los patrones geométricos casi hipnóticos. Algo en ellos se sentía... extraño, como si fueran a la vez extranjeros y familiares.
—No puedo —admití finalmente.
El zumbido en la sala se hizo más fuerte, y mi silla se sacudió ligeramente, como si reaccionara a mi fracaso.
—Debe intentarlo de nuevo —insistió la voz, más firme esta vez.
Mi respiración se aceleró. ¿Era esto algún tipo de prueba psicológica? ¿Un castigo por no cumplir? Mis ojos volvieron a los símbolos, y me concentré más, buscando algún patrón o significado.
—¿Es esto algún tipo de escritura antigua? ¿O es un lenguaje construido? Dame una pista, y tal vez pueda...
—Concéntrese, Carmem.
La brusquedad en la voz me hizo estremecer. Apreté los dientes y lo intenté de nuevo, pero nada tenía sentido.
Finalmente, el holograma desapareció, y la voz habló de nuevo, esta vez más fría.
—Inadecuado. Sus habilidades requieren mayor refinamiento.
—¿Qué significa eso? —pregunté, mi voz subiendo con frustración—. ¿Qué es lo que quieren de mí?
No hubo respuesta. En su lugar, Theresa dio un paso adelante, su sombra se cernía sobre mí. Presionó un botón en la mesa, y las ataduras en mis muñecas se abrieron con un clic.
—Levántese —ordenó.
—¿Qué fue eso? ¿Para qué me están evaluando? —demandé mientras me levantaba con dificultad.
Theresa no respondió. Me agarró del brazo y me condujo de vuelta hacia el pasillo. Mi mente corría con posibilidades, ninguna de ellas reconfortante.
Cuando regresamos a la cafetería, me llevaron de vuelta a mi asiento. Kat, Melanie y Theresa me observaban atentamente.
—¿Qué pasó? —preguntó Kat de inmediato, inclinándose más cerca.
—Me... evaluaron —susurré, mirando nerviosamente a Theresa, que estaba cerca con los brazos cruzados.
—¿Cómo te evaluaron? —preguntó Melanie, entrecerrando los ojos.
Dudé.
—Me hicieron preguntas, me mostraron símbolos—cosas que no podía entender. Lo llamaron una evaluación, pero... no sé qué fue.
La mandíbula de Kat se tensó.
—Esto es una locura. Nos están tratando como ratas de laboratorio.
Asentí lentamente, mis pensamientos aún enredados. La mención de lenguajes extraterrestres, los símbolos extraños—no encajaban con nada que entendiera. Y sin embargo, una parte de mí no podía sacudirse la sensación de que esto era solo el comienzo de algo mucho más grande.