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Capítulo 141. Matthew, ¡quédate conmigo, por favor!

—Si no fuera por ti, ¿habría bebido tanto? ¡Matthew, eres tan despreciable! —Emily se secó las lágrimas, pero no importaba cuánto se las secaba, no se secaban. Podía secar una gota, pero ¿cómo podía secar las incontables gotas de lágrimas que caían por su dolor?

El dolor en su corazón era incontrol...