Read with BonusRead with Bonus

Capítulo noventa y ocho

El fuego crepitaba suavemente, enviando chispas al aire fresco de la noche mientras nos sentábamos en un círculo apretado—Isaiah, Alex, Austin y yo. La tensión que nos había pesado desde el ataque aún persistía, pero por ahora, teníamos un nuevo enigma que resolver.

Austin se inclinó hacia adelante...