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Capítulo ocho

Después de hablar con el Alfa, Mariah y yo caminamos de regreso a nuestra cabaña. Elijah se ofreció a llevarnos, pero rechacé; aún no podía asimilar el hecho de que ellos fueran mis compañeros.

Acostada en la cama, los eventos del día se repetían una y otra vez en mi mente, impidiéndome conciliar e...