Read with BonusRead with Bonus

Capítulo setenta y cinco

Me desperté sin aliento, enredado en mis sábanas, con las mejillas ardiendo de vergüenza y confusión. Toda la noche fui atormentado por un sueño que se sentía demasiado real, demasiado crudo. En él, los gemelos—Austin y Alex—me tocaban y besaban, encendiendo un fuego que no podía controlar.

Mientra...