Read with BonusRead with Bonus

Capítulo ciento setenta y nueve

El campo de batalla estaba inquietantemente silencioso. El polvo se había asentado, y los cuerpos de los caídos yacían inmóviles bajo el resplandor de la luna. La guerra finalmente había terminado.

Respiré hondo, pero era un aliento pesado—lleno del peso de la pérdida. Tantos habían muerto. Valient...