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Capítulo ciento treinta y cinco

A la mañana siguiente, me encontré sentado en una gran tienda con el Alfa, algunos ancianos y las cinco brujas que habían sobrevivido a la masacre en el castillo de la Sociedad Umbral. El lugar estaba lleno de tensión, todos aglomerados alrededor del mapa extendido sobre la mesa de madera. A pesar d...