Read with BonusRead with Bonus

Capítulo ciento veintinueve

—¿Elijah? —susurré, con la voz temblando de confusión y temor—. ¿Qué quiso decir?

Elijah no respondió, pero su escudo parpadeó y desapareció como niebla disipándose. La barrera protectora que una vez fue inquebrantable ahora yacía hecha añicos, exponiéndonos al peligro. Apenas registré su movimient...