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Capítulo ciento veinticuatro

El camino hacia los Pinos Resonantes fue sorprendentemente tranquilo. Los imponentes pinos ponderosa se extendían interminablemente, sus altos troncos proyectaban largas sombras mientras el sol de la tarde se filtraba a través del denso dosel. El aire era fresco, llevando el aroma nítido de las aguj...