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Capítulo 400 La fortuna favorece a los audaces

El rostro de Odette se hinchó instantáneamente por el golpe.

Ella se agarró la cara, con lágrimas corriendo por sus mejillas.

—No me queda dinero. Han pasado tres años. Trabajo en varios empleos todos los días y ya he pagado varias deudas de juego de él. ¿Qué más quieren de mí?

Odette lucía desam...