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Capítulo 355 Quienquiera que se acobarde es un cobarde

Sin pensarlo dos veces, Zara se inclinó y besó a Liam con sus labios rojos brillantes.

En el bullicioso bar, Liam, el dueño, quedó sorprendido por el beso inesperado.

El personal, al ver a su jefe besado y no resistirse, no pudo evitar reírse.

No queriendo que Zara causara una escena, Liam la lev...