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capitulo 38

—¡amor!—

Exclamé mientras naim conducía con su mirada fija en la carretera

—ya estamos cerca, estás muy ansiosa preciosa—

Me dijo y tomó mi mano y empezó a repartir besos en ella

—me duele la espalda—

—porque no te recuestas un momento—

—porque no, quiero ver el camino hacía donde dirigimos, nunca a...