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Capítulo 31: En la fiesta

Enderezo mis hombros, tratando de ocultar el temblor en mis manos, y los miro fijamente—a los hombres y mujeres que una vez me trataron como una prometedora protegida. Ahora sus ojos son fríos, sospechosos. La luz de la mañana atraviesa sus rostros, haciendo que la tensión sea demasiado vívida. Y al...