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Capítulo 296: Llama al maldito banco

Me dejé caer en la silla después de que Sarah se fue, mi vestido de diseñador empapado de sudor frío. Mi corazón golpeaba contra mis costillas como si tratara de escapar. El restaurante a mi alrededor continuaba con su bullicio habitual de la hora del almuerzo, los meseros deslizándose entre las mes...