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Capítulo 130: Asesoramiento psicológico

Diez minutos después, Nathan apareció ante mí, luciendo como si acabara de salir de la cama. Sus pijamas de seda estaban arrugadas y su cabello, que usualmente estaba perfectamente peinado, se erguía en todas direcciones. Cuando me vio por primera vez, la ira cruzó su rostro —comprensible, dado mi r...