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Capítulo 108 Su prometida

Esa noche, la puerta cerrada de la sala de confinamiento se abrió de repente, y los ojos de Tamsin se agrandaron de sorpresa.

—¡Julian, sabía que no me dejarías aquí!

Estaba ansiosa y eufórica a la vez, luchando por levantarse para saludar a Julian.

Pero antes de que pudiera moverse, se escuchó u...