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Capítulo 10 El pozo de serpientes

—Alaric, ¿sigues aquí? Tienes que encontrarte con Hayes en unos minutos— Kian empujó a Alaric, quien seguía mirando fijamente la puerta de la Villa Russell.

Alaric frunció el ceño. —No hay prisa. Si ese perdedor no cumple, le cortaré la lengua. Además, algo estaba raro en la expresión de Cecilia.

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