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98. DONDE LA TORMENTA NO PUEDE ALCANZARLA

ENTONCES

Los últimos tres meses de su paga del trabajo en la fábrica finalmente se habían reflejado en su cuenta—justo cuando Peter cayó de rodillas.

—¿No puedes enviar a tu novia a recoger el dinero, por favor? —suplicó, mirando hacia arriba a Leon, quien permanecía inmóvil, recostado en el so...