Read with BonusRead with Bonus

148. PUÑETAZOS

AHORA

Zaley se arrodilló entre sus piernas, tomando su mano magullada en la suya, mucho más grande, inspeccionando el daño. Incluso de rodillas, su cabeza apenas llegaba a su pecho.

—¿Por qué eres tan condenadamente alto? —murmuró ella, tratando de mantenerlo ligero.

Él no respondió.

Cuando...